Scania ha anunciado que sus diez mayores plantas de producción mundiales se alimentan ya de energía eléctrica no fósil, una meta establecida para 2020. La última en abandonar la energía fósil ha sido la planta de producción de Scania en Tucumán, Argentina, cuyo abastecimiento de electricidad será asegurado por una central eólica.
De las diez plantas de producción de Scania, tres se sitúan en Suecia y dos en Holanda, mientras que Argentina, Brasil, Finlandia, Francia y Polonia cuentan con una planta cada uno. En conjunto, consumen cerca de 450,000 MWh. La adopción de energía eléctrica no fósil representa una reducción anual de 33.000 toneladas de CO2. En 2019, Scania produjo 91.700 camiones, 7.800 autobuses y 10.200 motores industriales y marítimos.
«Scania desarrolla un ambicioso plan de reducción de su huella de carbono y ha adoptado Metas con Base Científica como guía para los próximos años«, afirma Andreas Follér, Director de Sostenibilidad de Scania. «Esas metas no se limitan a nuestras propias operaciones, sino incluyen la reducción de las emisiones indirectas, relacionadas con el uso de nuestros productos.» Hacia 2025, Scania cuenta con reducir a la mitad su huella de carbono en comparación con 2015, tanto en sus operaciones industriales como comerciales. La misma reducción será alcanzada por tonelada transportada en el transporte terrestre.
«La descarbonización de nuestras operaciones industriales constituye un hito en nuestra trayectoria y pone de manifiesto nuestro compromiso en alcanzar las Metas con Base Científica«, puntualiza Follér. Todas las instalaciones de Scania Hispania funcionan con la denominada “Energía Verde”, lo que significa que la electricidad de todas las delegaciones de Scania en España es 100% procedente de energías renovables.