Pilar Vázquez, presidenta de ANEPMA, analiza en esta entrevista el papel de las empresas públicas de medio ambiente y la necesidad de aterrizar lo nates posible los principios de la economía circular para alcanzar los objetivos sobre reciclaje y gestión de los residuos marcados por la Unión Europea en 2030.
¿Cómo está siendo la participación de ANEPMA en TECMA y FORO DE LAS CIUDADES?
La participación de ANEPMA está siendo muy activa, de hecho tenemos varias ciudades, varias empresas que están integradas en la Asociación, que están presentes en la mesa de debate comentando sus actuaciones en el marco de la economía circular y centradas fundamentalmente en el marco de los residuos, pero también en otros aspectos que van más allá de la mera gestión diaria de las empresas. Creo que desde las empresas públicas municipales, por el hecho de la cercanía al propio Ayuntamiento y por tanto al ciudadano, estamos creando una importante conciencia no solo para incorporar el concepto de economía circular a nuestra actividad, sino también para aplicarlo a la realidad y a la práctica de las propias empresas.
¿Qué papel están jugando las empresas públicas de limpieza y residuos en las ciudades españolas?
Las empresas públicas que gestionamos los residuos municipales somos aproximadamente el 25% de este sector en España. Me gustaría destacar que en los aspectos relacionados con el uso y aplicación de las tecnologías de la información y de la comunicación hemos sido innovadoras, así como en otros ámbitos, como por ejemplo en los relacionados con la educación ambiental, la transparencia, y la información y atención al ciudadano, entre otros. Creo que en ese sentido tenemos una marcada trayectoria en esa dirección que nos ha llevado a que todos esos aspectos los hayamos tratado en mayor medida respecto a cómo se gestionan desde la gestión indirecta.
¿Consideras que se puede mejorar el servicio que prestan las empresas públicas de ANEPMA?
Creo que en el ámbito de los residuos concretamente deberíamos mejorar la información sobre la trazabilidad de los residuos: qué se hace con el residuo del ciudadano, a dónde va… Creo que dentro de lo que es el principio de transparencia habría que incorporar más informaciones, porque si bien hemos trabajado mucho en educación ambiental y en concienciación al ciudadano, quizá nos hemos centrado poco en dar información y creo que ese aspecto hay que trabajarlo, porque la concienciación no sólo pasa por hablar de las bondades del reciclaje y la reutilización para esa incorporación de la economía circular, sino también informar sobre qué se está haciendo, cuánto cuesta, etc. La información es parte de la educación pero a veces el conseguir esa educación plenamente pasa porque demos datos e información concreta.
¿Crees que ya se están empezando a aplicar procesos propios del modelo de economía circular?
Creo que en algunas grandes empresas cuando un residuo puede ser un subproducto de otra empresa y hay un valor económico se viene utilizando desde siempre, pero como concepto es algo nuevo. Esta forma de entender cómo debemos producir o cómo debemos consumir, es algo incipiente en lo que estamos comenzando. Se trata de repensar casi todo y de ver además incentivos económicos, porque la economía circular es ante todo economía y para que los actores económicos entren dentro de ese canal o de esa nueva forma de hacer las cosas, es necesario que haya incentivos de ese tipo, que pueden pasar desde que la fiscalidad sea distinta a que haya una nueva normativa o unas facilidades para la incorporación de materiales más eficientes al proceso productivo.
Creo que queda un largo camino. De momento, estamos trabajando sobre concepto de economía circular, pero hay que concretarlo y hay que aterrizarlo, y en ese sentido desde las ciudades tenemos un papel clave, puesto que la economía circular permitirá nuevas líneas de negocio, nuevas líneas de actividad que hay que tratar de aprovecharlas y estar ahí a la cabeza, ya que nos permitirá una ventaja comparativa.
En una Agenda 2030-2035, ¿España alcanzará los nuevos objetivos marcados por la Unión Europea en materia de reciclaje?
Lo que está claro es que los objetivos de 2020 no vamos a conseguir alcanzarlos. El año 2030 queda algo más allá, pero debemos ponernos a trabajar rápido en ellos porque si no tampoco llegaremos. Lo que no se puede es dejar ese trabajo para el final, y lo que creo es que hay que hablar claramente de la obligatoriedad para crear conciencia sobre ello. Espero que ese incumplimiento que vayamos a tener en 2020 sirva para saber que tenemos que trabajar y hacerlo ya, darnos más prisa y ponernos en el camino indicado.