Cuatro jóvenes de entre 24 y 30 años han dado con la economía del futuro, y lo acaban de demostrar. A mediados de junio, este equipo de emprendedores franceses hicieron funcionar en Corcarneau (Francia) un catamarán que avanza gracias a los residuos plásticos.
El barco, de apenas seis metros de eslora, es solo un prototipo del futuro “Ulises”, un buque (de 25 metros) aún por construir que será la pieza del proyecto ambiental “Plastic Odyssey” (Odisea del Plástico). Gracias a la técnica de “pirólisis plástica” -obtención de diésel a partir de los polímeros-, el Ulises dará la vuelta al mundo, sensibilizando en cada parada sobre la necesidad y la capacidad de reciclar los residuos plásticos para evitar su llegada al mar.
Su Odisea comenzará en marzo de 2020 y será una aventura de tres años de duración a través de 40.000 millas náuticas. Contará con 33 etapas en total y, entre su segunda visita (Casablanca, Marruecos) y su tercera (Cabo Verde), el catamarán pasará también por Santa Cruz de Tenerife. En su primer año, no obstante, la tripulación del Ulises prevé solamente desembarcar en África y en América Latina, pues su proyecto se centra principalmente en llevar a los países emergentes el mensaje del reciclaje.
Potenciar el reciclaje en los países en vías de desarrollo
Para ello, ofrecerán una suerte de “navaja suiza del reciclaje”, que consistirá en una serie de máquinas recicladoras, que transforman los residuos plásticos en nuevos productos, a fin de facilitar un mercado que sea competitivo para la población local.
La idea, por tanto, no es tanto limpiar los océanos de basura, pues éstos ya están “muy contaminados por plástico”, según alegaron los promotores de la iniciativa en declaraciones recogidas por el medio de noticias de navegación Yatta Club. El objetivo del proyecto es, entonces, tratar de acercar nuevos modelos de negocio en los países en vías de desarrollo para que sepan cómo cortar el grifo a la entrada de plásticos al mar.
Plásticos a la mar
“Una vez que están en el mar, ya es demasiado tarde: solo el 1% de los residuos plásticos flotan en la superficie», aducen los diseñadores del proyecto. «El 99% restante se descompone en micropartículas y cubre el lecho marino”. Así, solo el plástico que no se pueda reciclar será utilizado como combustible, gracias al método de “pirólisis plástica” que alimentará el catamarán a lo largo de la expedición.
El proyecto costará 11 millones de euros y, aunque en su fase inicial está financiado por patrocinadores privados, a fecha de su presentación todavía no se habían recaudado fondos para la construcción del buque, que comenzará en septiembre. Diversos organismos internacionales como el Foro Económico Mundial han calculado que, al ritmo de consumo actual, de aquí a diez años habrá en los océanos una tonelada de plástico por cada tres de peces y en 2050 podrá haber más plástico que peces en el mar.