En ocho Estados miembros, nuevos proyectos integrados de LIFE contribuirán a la aplicación práctica de la normativa medioambiental y climática, para dar solución a problemas como la escasez de agua, el cambio climático o la pérdida de biodiversidad, y para avanzar hacia la economía circular.
La financiación de LIFE movilizará inversiones adicionales por un valor de 2.000 millones de euros, lo que permitirá a los Estados miembros emplear otros fondos de la UE, fondos nacionales e inversiones del sector privado.
Los europeos se toman el medio ambiente muy en serio, porque son conscientes de que su calidad de vida depende de ello. Una reciente encuesta demostró que la población está especialmente preocupada por el impacto del cambio climático, la contaminación atmosférica y la creciente acumulación de residuos. La UE ha creado un marco jurídico en materia medioambiental y climática para salvaguardar nuestra calidad de vida, pero llevarlo a la práctica no es una empresa exenta de dificultades.
El objetivo de los proyectos integrados (PI) financiados por el programa LIFE en los ámbitos de medio ambiente y acción por el clima consiste en ayudar a los Estados miembros a cumplir las normas de la UE en materia de naturaleza, agua, aire, residuos y acción por el clima, multiplicando con ello el impacto de la financiación de planes desarrollados a distintos niveles, y garantizando su eficacia a largo plazo.
Este nuevo paquete de inversiones prestará apoyo a proyectos desarrollados en Bélgica, Dinamarca, España, Francia, Grecia, Lituania, Malta y Suecia.
Conservación de la naturaleza
Entre los cinco proyectos en el ámbito de la naturaleza destaca una iniciativa danesa encaminada a crear y probar un sistema de incentivos para los agricultores que gestionen sus tierras de forma más respetuosa con el medio ambiente. El objetivo es conseguir que les resulte rentable pastorear su ganado o cosechar biomasa en zonas naturales, desarrollando productos especializados de alto valor, que puedan alcanzar un mayor precio en el mercado.
Los proyectos de Grecia, Lituania y Suecia pretenden facilitar la aplicación de marcos de acciones prioritarias de conservación. Estas iniciativas aumentarán la capacidad de las autoridades competentes para diseñar y poner en práctica planes de gestión de espacios y de especies, al tiempo que introducen la conservación de la naturaleza en sectores como la silvicultura, la agricultura o el turismo.
Un proyecto francés de gran alcance describirá el estado de los hábitats marinos de la Francia continental y de Córcega, y garantizará que las áreas marinas protegidas se gestionan adecuadamente y con transparencia, en beneficio de las personas que las utilizan con fines recreativos o como medio de vida.
Gestión del agua
En virtud de la Directiva marco del agua, los Estados miembros de la UE deben diseñar planes de gestión de las cuencas hidrográficas, para mantener en buenas condiciones las masas de agua. Dos nuevos PI ayudarán a llevar estos planes a la práctica. Uno de ellos se centrará en Malta, donde la escasez de agua y precipitaciones y la elevada densidad demográfica dificultan considerablemente la gestión de los recursos de agua dulce. En el marco de esta iniciativa se realizarán auditorías hídricas, se invertirá en tratamientos de aguas y se fomentará la reutilización de este recurso.
Parte de la cuenca del río Duero sirve de frontera natural entre España y Portugal. En esta región, afectada a menudo por la escasez de agua, se pondrá en marcha un nuevo PI con el objetivo de optimizar la gestión de los recursos hídricos e implicar en ella a la población. Al ser una zona especialmente vulnerable al cambio climático, esta cuenca fluvial constituye un indicador de los cambios que tendrán lugar por toda Europa en el futuro. Este proyecto puede considerarse, por tanto, como un laboratorio de pruebas para adaptar los sistemas de gestión de los recursos hídricos.
Del residuos al recurso
Los hogares de la región francesa de Provenza-Alpes-Costa Azul generan muchos más residuos que la media nacional. El apoyo a soluciones innovadoras de prevención y gestión de residuos reducirá notablemente el volumen de residuos domésticos que terminan en los vertederos, como prescribe la normativa de la Unión Europea sobre esta materia. Asimismo, fomentará el desarrollo de la economía circular en la región.
Energía y cambio climático
El envejecido parque inmobiliario de Bélgica consume un 70 % más de energía que la media europea. Un nuevo PI destinado a estimular la cooperación regional entre Flandes y Valonia ayudará a poner en práctica políticas de renovación y reforma para mejorar la eficiencia energética. Se reformarán más de 8 500 viviendas de cinco ciudades, como primer paso para la renovación inmobiliaria a nivel nacional. Ello se traducirá en una reducción de en torno al 75-80 % de las emisiones de gases de efecto invernadero y el consumo energético de aquí a 2050.
Un proyecto en Navarra que elimina las divisiones entre sectores e implica a las partes interesadas clave, se convertirá en un modelo para otras regiones que cuentan con una estrategia de adaptación al cambio climático pero aún no han logrado ponerla en práctica. Entre las acciones diseñadas para ayudar a esta región española a cumplir sus objetivos de adaptación al cambio climático para 2030 se encuentra el desarrollo de indicadores de supervisión climática y sistemas de alerta temprana de riadas y emergencias relacionadas con el tratamiento de aguas residuales.
Desde su creación en 2014, se han llevado a cabo veinticinco PI dirigidos por autoridades de catorce Estados miembros y se han realizado acciones en dieciocho países. Estos proyectos movilizan más de 5 000 millones de euros de financiación complementaria —procedente de otros fondos nacionales y europeos o del sector privado— destinada a la aplicación de políticas medioambientales y climáticas.