Desde 1970 y analizando 32.000 poblaciones de 5.230 especies, el Informe Planeta Vivo 2022 de WWF demuestra que el planeta ha perdido el 69% de sus mamíferos, aves, reptiles, anfibios y peces (casi tres cuartas partes de la vida silvestre).
Este informe confirma científicamente que la actividad humana insostenible está llevando a los sistemas naturales del planeta al límite. Destruimos la vida salvaje a un ritmo sin precedentes y es urgente que actuemos ya para revertir la situación y conseguir una naturaleza en positivo para 2030.
Una de las regiones más castigadas ha sido Latinoamérica y Caribe que ha perdido nueve de cada 10 animales (el 94% de su vida silvestre). Una auténtica catástrofe provocada por cambios en el uso del suelo para producir alimentos que están devorando y convirtiendo en cenizas al mayor pulmón verde del planeta: la Amazonía. Por su parte, África perdió el 66% de su vida silvestre y Asia Pacífico el 55%.
El impacto también ha sido especialmente preocupante en los ecosistemas de agua dulce, disminuyendo una media del 83% en ríos y humedales. También han desaparecido la mitad de los corales, un ecosistema vital para buena parte de la humanidad y hogar para la cuarta parte de las especies marinas.
Así ha sido la evolución en estos 50 últimos años:

mientras que las áreas sombreadas representan la certidumbre estadística de la tendencia.
Como era de esperar, la biocapacidad de la tierra se ha reducido también estas últimas décadas, a la vez que aumentan las huellas ecológica y de carbono:

